lunes, 18 de junio de 2018

Un hombre afortunado- Gustav


Llevaba un hacha en la mano cuando un enorme trueno retumbó en el “Valle de la Brecha Verde”, que daba nombre al bosque. Marcus James el leñador como le llamaban, veía como las nubes oscuras se remontaban y cubrían el cielo del valle.
Esto se pone feo—Dijo mirando al cielo.
Acto seguido comenzó a recoger la leña que tenía cortada, cuando empezó a llover fuertemente, con el hacha aún en la mano se metió en su cabaña.
La lluvia seguía cayendo intensamente sobre el valle y la cabaña, construida por el mismo con madera de pino. Desde ahí podía ver como el agua y el cieno bajaban por las laderas de las montañas más próximas.
De repente sonó su móvil…—¿dígame?—Contestó tembloroso,—Papá,¿Estas en la cabaña?, sal de hay ahora mismo—Marcus escuchó la voz enfurecida de su hijo,—voy a salir pero…—No hay peros que valgan, sube a la moto y sal de hay ahora mismo,… no te desprendas del móvil, así estaremos en contacto—Marcus se guardó el móvil y vió por la ventana como bajaba una avenida de agua, se dio la vuelta y fue a salir de la cabaña cuando el agua entraba por debajo de la puerta, el agua bajaba por la colina delantera como nunca había visto en sus 71 años de vida.
La corriente remolineaba y empezaba a estremecer la cabaña, el leñador no sabía como actuar cuando volvió a sonar su móvil. Lo tocó por fuera del bolsillo pero pensó no cogerlo, tenía otras prioridades.

Miró fijamente la mesa de madera de pino que utilizaba de merendero cuando le visitaba su hijo y se dijo a él mismo—tengo que llegar a ella.
Empezó a andar hacia la mesa, el agua le llegaba más arriba de las rodillas y la fuerza de la corriente le desequilibraba, la mesa empezaba a moverse por la fuerza del agua, pero hincó el hacha en el tablero y aferrándose a el consiguió subir.

La luz disminuyó tanto en el valle a causa de la tormenta, que parecía que estaba anocheciendo, mientras el anciano seguía navegando por la Brecha Verde con la mesa improvisada de barca, ya sin ninguna de las cuatro patas, arrancadas por la corriente, solo quedaba el tablero. 
Con una mano empuñaba el hacha clavada a la mesa y la otra agarrada a la esquina contraria de la madera, pudo levantar la cabeza y ver como el agua arrastraba; Árboles, tierra y hasta su querido hogar, que navegaba con su mismo rumbo unos metros más atrás.

Con la zozobra de la mesa y su propio temblor causado por el miedo a perder la vida, Marcus no podía hacer otra cosa más que lo que estaba haciendo, sujetarse fuertemente. De repente una sacudida y queda suspendido en el aire; para acto seguido caer bruscamente al suelo.
Estaba en tierra firme, magullado pero si, en tierra firme. Levantó la cabeza despacio y vió pasar su cabaña flotando entre otras maderas, guiados por la corriente.

Papá—Marcus…—Se oyó desde las alturas de la montaña…
El anciano se incorporó, estaba en un saliente de tierra de la ladera de la montaña, el agua corría con violencia arrastrándolo todo a su paso, hay quedó el recuerdo de la cabaña situada en un lugar privilegiado, pero reclamado por la naturaleza.
Miró a lo alto y pudo ver a su hijo y a su nuera en la cresta del cerro, valoró la situación y dijo: —Lo conseguí.

6 comentarios:

  1. Buenas, Gustav.

    Antes de nada, gracias por tu comentario en mi relato.

    Pobre Marcus, vaya situación más peligrosa en la que lo metes, pero el título le viene perfecto, al final resulta ser un hombre afortunado.

    Me ha costado un poco leer los diálogos, las rayas de inicio no están y aparecen todo junto. Eso habría que mirarlo.

    También he visto un fallo con el "hay": "sal de hay ahora mismo". Ese "hay" no es del verbo haber, sino que es un lugar, aquí, allí o ahí. Y este último es el de tu frase. Al igual que este otro: "hay quedó el recuerdo de la cabaña situada en un lugar privilegiado", es el mismo caso.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    IreneR

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    1. Hola Irene.

      Gracias por comentar mi relato, miraré los puntos que me has indicado.

      Saludos

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  2. Hola Gustav,

    Muchas gracias por comentar mi relato.

    Pobre hombre, que mal rato pasó, luchando por salvar su vida...
    Una historia entretenida pero padeciendo por Marcus.

    Comparto el comentario anterior, crea confusión el diálogo porque no aparece raya y está todo muy pegado. También aparece alguna falta ortográfica, pero bueno, es cuestión de revisarlo bien.

    Un saludo.

    Rosanna



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    1. Muchas gracias Rosana por comentar mi relato.

      Tendré en cuenta las faltas.

      Saludos

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  3. Hola Gustav.
    Interesante aventura la que vive este señor; nos mantiene un buen rato en suspenso.
    Observaciones de lenguaje:
    A veces usas comas en donde debería ir punto y coma o punto.
    Coincido con la observación de “Alemania” sobre los diálogos; hay que separar los guiones largos con espacios en blanco
    En “…el agua arrastraba; Árboles, tierra…” sobran el punto y coma y la mayúscula.

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  4. Hola, Gustav:
    Ya le has hecho sufrir al hombre... pero al final en verdad es un hombre afortunado. Tu historia engancha y he leído en vilo el desarrollo. Muy buena.
    Saludos,
    Luna Paniagua

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