lunes, 18 de junio de 2018

EL HOMBRE AFORTUNADO - Earendil


—Llevaba un hacha en la mano, de eso estoy seguro.
—¿Podría indicarme en qué mano exactamente?
—En la izquierda. 
—¿Y hacia dónde se dirigió?
—Se internó en el bosque, en dirección al río.
—¿No pudo ver su cara? ¿El color del pelo o de la ropa?
—Como ya le he dicho antes, estaba muy oscuro. Las nubes tapaban la luna y llevaba una capa con capucha. Pasó corriendo y solo pude verlo un instante. No le seguí porque oí el gemido de nuevo, y pensé que era más sensato buscar a esa persona que perseguir a alguien en la oscuridad.
—Secretario, apunte en el acta que ese dato es cierto. Cuando comprobamos el escenario del crimen las huellas del fugitivo se dirigían al río. Allí se perdieron. Y dígame, señor Pérez, cuando encontró a la persona que gemía, ¿qué vio?
—Era un hombre y estaba boca abajo. Llevaba una chaqueta de pana, no pude distinguir el color, pero estaba llena de sangre y marcas de haber recibido cortes por la espalda. Deduje que el hombre que había salido corriendo con el hacha se las habría hecho. En vista de que había perdido el sentido, me fui en busca de ayuda. Cuando encontré a los guardias los conduje hasta él, pero el hombre ya había muerto.
—Muy bien, señor Pérez. Si necesitamos más aclaraciones me gustaría contar de nuevo con su testimonio.
—Estoy a su entera disposición. Buenas tardes.
Cuando el señor Pérez salió de la comisaría, Pablo Fuengirola empezó a pasearse por la habitación con aire meditabundo. El comisario, el secretario y los demás ayudantes que lo acompañaban esperaron en silencio. Fuengirola no era un policía cualquiera; además era un médico alienista. Lo había llamado expresamente el gobernador de la provincia para intentar poner fin a una serie de asesinatos inexplicables, que venían sucediéndose desde hacía unos meses. Se había formado en París y Turín y se declaraba fiel discípulo de Cesare Lombroso y sus revolucionarios métodos de deducción criminalista.
—¿Y bien? —exclamó, al fin, el comisario Buendía, cansado de esperar.
—Quisiera hacer una rueda de reconocimiento con los sospechosos de los otros crímenes. Tal vez, los testigos que tenemos de los otros casos puedan acotar el número real de posibles asesinos. 
—Eso no será difícil.
—¿Por qué?
—Porque las descripciones de los testigos coinciden en tres aspectos fundamentales: es zurdo, cojea también de la pierna izquierda y es de gran envergadura.

***** ***** *****
El comisario determinó que se citaran a todos los lugareños de los pueblos vecinos que reunieran aquellas características, en un radio de quince kilómetros a la redonda. Tras una primera declaración, todos aquellos que pudieron probar sus coartadas en los días de los asesinatos quedaron libres de sospecha. El grupo quedó reducido a cinco personas, si bien, una de ellas, reunía todas las papeletas en opinión del inspector Fuengirola.
Santiago García sufría un leve retraso mental que, unido a un tic nervioso que le hacía congestionar el rostro de vez en cuando, y una leve deformación craneal, le daba un aspecto un tanto grotesco. Cuando lo interrogaron, fue su hermano Ramón respondió a las preguntas, pues el estado de nerviosismo y agitación por el que pasaba el sospechoso le impedía expresarse con claridad.
—Mi hermano es incapaz de cometer un acto tan atroz, y mucho menos en tantas ocasiones como se le atribuyen —contestó indignado.
—Pero eso lo dice usted, no él. Seguro que lo hace para protegerlo. Se observan en él conductas histéricas que escapan a su control. Ante situaciones de ansiedad no puede reprimir sus instintos más básicos. Es potencialmente peligroso.
—Le vuelvo a repetir que se equivoca, es totalmente inofensivo.
—Irá a la rueda de reconocimiento. Ya veremos qué opinan los testigos.
Semanas más tarde, Santiago García ingresaba en un centro psiquiátrico de la capital. Tras el pase para la identificación que se llevó a cabo en la comisaría, cuatro de los cinco testigos coincidieron en su dictamen: estaban completamente seguros que aquel individuo coincidía con la persona que huyó de los escenarios del crimen. El día veinticinco de abril de 1902 firmaron el acta el comisario Rafael Buendía y Pablo Fuengirola, en su calidad de médico alienista. Este consideró al sospechoso no imputable de los asesinatos cometidos, porque la comprensión sobre sus actos era incompleta, debido a su enfermedad mental.

***** ***** *****
El inspector Fuengirola quedó muy satisfecho con su trabajo. Había resuelto los misteriosos crímenes llevados a cabo en aquel idílico paraje de la Calderona, alterado por las acciones de una persona, cuyos caracteres antropológicos físico degenerativos le habían alterado la concepción de la realidad, convirtiéndolo en un asesino. Su maestro, Cesare Lombroso, estaría orgulloso de él, pues había conseguido que un potencial asesino en serie fuese apartado de la sociedad, aunque eso sí, había evitado su condena a muerte. Su carrera profesional subía como la espuma, y ya lo reclamaban como perito en otros casos judiciales a lo largo del territorio nacional. Se sentía un hombre afortunado, incluso estaba pensando escribir un libro basado en sus propias experiencias profesionales.
Se sentó en el banco de la estación. Consultó su reloj y dedujo que su tren no tardaría en llegar. No advirtió la figura que se le acercaba por detrás hasta que un agudo dolor le cortó la respiración. Le dio el tiempo justo de ver su rostro antes de desvanecerse sin vida. Era un rostro cualquiera, sin ninguna peculiaridad aparente, de los que se acostumbra a ver todos los días. La sorpresa fue la última mueca que se dibujó en su cara antes de que la suerte lo abandonara para siempre.

13 comentarios:

  1. Leosinprisa

    Hola Earendil

    Nos traes un relato a lo Agatha Christie, con su intriga, testigos e implicados, interrogatorios y demás elementos que se mueven en este género. Y además lo haces bien, aunque te confieso que he tenido que mirar que era eso de un "médico alienista" (doy gracias de no tener, ni conocer a nadie que traten dichos especialistas) y aunque locura no nos falta en la vida de nadie, es la justa y proporcional para una existencia relativamente "normal" (como dicen en mi pueblo).

    Me ha entretenido mucho tu relato que he leido con gran interés, y no sé la razón, pero me esperaba que el verdadero asesino hiciera su aparición en el último momento, lo cual no quita mérito a tu escrito, que, en mi modesta opiníón, lo considero redondo.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    ResponderBorrar
  2. Muchas gracias, Leosinprisa, por abrir la lata de los comentarios.
    Me alegra que te haya gustado mi relato. La verdad es que, para que quedara clara del todo, hubiese necesitado muchas más palabras. Pero ahí está el ejercicio, intentar transmitir nuestras ideas bien condensaditas y que sean entendibles.
    Lo del término "alienista" lo he usado para enmarcar la historia en su contexto temporal. Así era como se les llamaba a los psiquiatras a finales del siglo XIX y principios del XX. La figura de Cesare Lombroso es otra pista importante, con sus ideas sobre la demencia que hoy nos ponen los pelos de punta.
    En breve paso por tu relato.
    Un saludo

    ResponderBorrar
  3. ¡Hola Earandil!
    Relato entretenido el tuyo, muy de la época en donde sinceramente no se sabía mucho sobre las enfermedades mentales y cualquier crimen derivado de esto y más por la apariencia de las personas ya era motivo de prejuicio.

    En lo personal no conozco a Cesare Lombroso, pero dada la historia que nos presentas, si su mayoría de casos fueron sobre personas con enfermedades mentales y de aspecto desagradable a mi opinión no era buen criminólogo.

    ¡Excelente relato!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, César, por pasarte y comentar.
      Tienes toda la razón del mundo. Cesare Lombroso fue pionero en muchas cosas pero, como es comprensible, sus métodos dejaban mucho que desear, y aún así, las autoridades italianas emplearon sus tesis y teorías para aplicarlas en cuestiones legales. No solo sus deducciones se centraron en los enfermos mentales, si no en prostitutas, a los miembros de otras razas, a los delincuentes políticos...Imagínate, pone los pelos de punta nada más de pensarlo.
      Me alegro que hayas pasado por aquí y que te haya gustado.
      Un saludo.

      Borrar
  4. Hola, Earendil. Soy Javier López.

    Llevo unos meses "desenganchado" del taller y mira por donde, he vuelto para echar un vistazo y me encuentro con buenos relatos como el tuyo.

    He de decir que acabo de ver la serie "El Alienista" en Netflix de Luke Evans y Daniel Bruhl, y la ambientación de la época que describes no se identifica muy bien, solo hasta que mencionas el año sabe uno a que te refieres. Además, la serie se basa en la ciudad de NY, y supongo que la zona que ha visitado el inspector Fuengirola, tendía más a lo rural que a lo urbano. En cualquier caso, es posible con ese final que hayas arrancado de raíz la semilla que podías haber plantado de un nuevo canon en cuanto ficción detectivesca, a lo Hercules Poirot o Sherlock Holmes... XD Un personaje carismático da para muchas aventuras de este estilo.

    Como siempre, un placer leerte. Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Como tú, yo también andaba desenganchada del taller, hasta este mes, que con eso del "hacha en mano", ha sido imposible resistirse y he sacado el tiempo de donde no lo tenía.
      En fin, yo también espero verte pronto por aquí, ya sabes que siempre he sido fiel seguidora de tus relatos.
      No he visto la serie "El alienista", pero creo que no puedo pasar la oportunidad de echarle un vistazo, a ver que se cuece.
      También tienes razón con lo de haber matado a mi detective particular a la primera de cambio, pero el papel (en este caso el ordenador) es muy sufrido, y pronto lo resucito, je,je.
      Muchas gracias por pasar y comentar, sobre todo teniendo en cuenta que no has participado.
      Espero leerte pronto, en este u otro formato.
      Un saludo.

      Borrar
  5. Buenas, Earendil.

    Me ha gustado mucho tu relato. Al igual que Jaw, acabo de terminar de ver "The Alienist" en Netflix y me he imaginado todo la ambientación de esa serie en la España rural, ha sido un tanto extraño, pero curioso.

    He encontrado una pequeña errata:
    "Cuando lo interrogaron, fue su hermano Ramón respondió a las preguntas," Diría que es, "fue su hermano Ramón el que respondió a las preguntas.

    Buen relato, bien llevado, estructurado y escrito.
    El final me ha encantado.

    ¡Un saludo!

    IreneR

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Irene, por pasar y comentar.
      ¿Has participado en el taller? Te buscaré para devolverte la visita.
      Coincides con Jaw en lo de la serie "El alienista", así que tendré que verla, sí o sí. Es curioso que sin haberla visto, parece que tenga tantas similitudes. La verdad es que la inspiración me vino de un programa de Cuarto Milenio, donde hablaron de Cesare Lombroso y su "Atlas humano". El tipo se dedicó a medir cráneos de enfermos mentales en un manicomio que dirigía, y ha confeccionar una especie de retratos robot sobre la personalidad del individuo teniendo en cuenta las facciones de la cara. Hoy nos parece una locura de método, pero sembró las bases de la criminología moderna.
      Me alegro de que te haya gustado.
      Un saludo.

      Borrar
    2. La encuentras como Irene R. Su texto es el # 25.

      Borrar
  6. Admiro la capacidad de las personas, tú incluida, en fabular historias del ¿género negro?. Yo no buscaría recovecos para darle matarile a algún cabrón que me cayera mal: dos tiros y en paz. Buen relato. salu2

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Amilcar, tú siempre tan directo. En toda revolución (y en novela negra) hay un ejecutor y un cabeza pensante. A veces la sutileza te da más margen de actuación, je, je.
      Saludos y gracias por pasarte por aquí

      Borrar
  7. Saludos, Earendil:

    Me toca revisar tu texto tal como lo propone el taller.

    Forma: Párrafo I,
    Palabras iguales en oraciones cercanas. Te marco:
    **Cuando comprobamos el escenario/cuando encontró el cuerpo.-> se puede sustituir por: Al comprobar el espacio/o/ al encontrar el cuerpo. Solo elegir una de ellas, para no dejar todas frases en forma pasiva.
    **Allí se perdieron. Y digame, Sr. Pérez... -> Según la lingüistica, se debe evitar el uso de la "Y" después de un punto. Aunque la usamos en el habla, se considera un práctica novata por considerarse muy informal. Te confieso, he borrado miles de "Y" después de conocer la regla.
    **Has repetido tres veces "hombre"; dos "otros"; dos "persona"; cinco "había"; dos "pero", tres "cuando". Con un poco de modificación se evitaría la repetición. Por ejemplo con la palabra #había. Te marco:
    -> Lo había llamado expresamente el gobernador.. --> Fue llamado expresamente por el gobernador...
    ->Se había formado en París y Turín... --> Su formación en París y Turín...
    ** En vista de que había perdido...--> En vista que había perdido...
    Es incorrecto el "de que", ya que es dequeísmo. "de->había"
    **...encontrado boca abajo --> bocabajo
    **...además era médico...--> además, era médico --> RAE sugiere la coma después de "además".

    Párrafo II
    **Repetición de palabras: Dos "leve"; dos "cuando"; dos "todos"; usas de nuevo "persona" (1)
    **...sufría un leve retraso mental que, unido a un tic nervioso...--> después de "que" irá sin coma. La razón es no perder el sentido consecutivo de "unido" --> un leve retraso mental, que unido a un tic...
    **...seguro que aquel individuo...--> seguros de que aquel individuo. En este caso, sí se adiciona el "de", ya que se convierte en preposición "a aquel". No hacerlo en este caso es quequeísmo.
    ** físico degenerativos...--> se usará la forma prural o singular en ambas, no singular/prural: físicos degenerativos o físico degenarativo.


    Párrafo III
    **Repetición: tres "había"; dos "asesino", dos "alterado", dos "ver"; dos "como", dos "rostro", dos "antes".

    Conclusión: Tus palabras más frecuente son "había",ocho veces; y "cuando", cinco veces.
    No está mal hacer uso de las mismas palabras en un texto extenso, pero en un espacio reducido, estas saltan a la vista. Se corrige fácilmente modificando las frases, o sustituyendolas por otras.

    Contenido: Leí tu texto acompañada. No comprendieron "alienista", hasta que expliqué tu aclaratoria. El problema de usar un lenguaje desactualizado, es la tardanza en la introducción de la fecha del relato. No es necesario ponerla al inicio, pero dar información a través de la narrativa con datos que sitúen el escenario en una fecha aproximada, al menos. Recuerda que el lector recibe detalles a través de la lectura, pero su mente rellena aquello que el autor no brinda. Que esa brecha sea corta siempre será ganancia.

    Me gustó la introducción con diálogos que has realizado muy bien. Son fluídos, contienen información coherente, volviéndose realistas.
    Me he perdido del por qué Fuengirola es victimado. No creo que fuera el hermano de Santiago, ya que lo describe como un rostro cualquiera, pero tampoco nos indica que lo siguiera durante toda la investigación. Con un enjuiciado, el asesinar al alienista solo reabriría el caso y se le daría persecusión. Aunque quizá crea que si no pudo ser atrapado por un experto, el policía común no tiene oportunidad.
    Un gusto, ¡nos leemos!

    ResponderBorrar
  8. Hola Earendil
    Me gustan mucho el género negro. Tu relato está muy bien llevado, se lee muy bien y los diálogos hacen avanzar la acción.
    Está bien el final, el detective se creyó un genio y así le fue.
    Saludos
    Marcos

    ResponderBorrar