jueves, 17 de mayo de 2018

LA GUARIDA DEL DRAGÓN - Gustav

Lo tengo—. Dijo Alberto.
Pues vamos “Teto”, que el cascarrabias de Romualdo nos va a descubrir y si eso ocurre…—eso no ocurrirá, vamos dentro de la casa—, dijo Aberto en voz baja, que en situaciones de riesgo y misterio siempre quería ir más allá, mientras que Pablo no, (o mejor dicho Jaro para sus amigos de la infancia), más reticente no aceptaba ese tipo de desafíos.
Pero si ya tenemos tu balón Teto, tu balón reglamentario, que es por lo que hemos venido hasta aquí, vámonos—. Susurró Pablo a su amigo algo enfadado.
No, ya que estamos aquí, quiero ver que hay dentro, sígueme— contestó tajantemente Alberto mientras se acercaba al muro del cercado, para mimetizarse con la espesura de hierba y ramas secas que había junto al murete de piedra.
Pablo, muy a su pesar pero como de costumbre le siguió sin rechistar. A medida que se acercaban a la casa, con aspecto campestre y algo descuidada, debido a las grietas y falta de pintura de la fachada, vieron que la puerta de acceso estaba entornada y la ventana inferior de la izquierda tenía la persiana subida, se acercaron a ella.
Muy sigilosamente se asomó Alberto y a continuación hizo lo propio Pablo. Hay esta—dijo Alberto¬¬—, en sus ojos se podía ver la admiración de lo que veían; dulzura, bondad y ternura se mezclaban a partes iguales en esa habitación, una niña de cabello moreno, con unos rizos tan profundos como las olas del mar, ojos grandes y oscuros como la noche cerrada y un rostro angelical.
Estaba sentada en la cama, cuando Romualdo entró en la habitación y se sienta en la silla.
¿Hacemos tu cama Lidia?—preguntó Romualdo—. Vale papi—La chica se levanto de un salto y ayudó a su padre.
¿Por qué gritaste ayer a esos chicos papá? Son mis amigos—. Porque se estaban metiendo contigo y no quiero que te hagan daño, ni esos dos ni nadie—. Respondió el padre.
Alberto y Pablo seguían tímidamente asomados en la ventana—, ahora lo entiendo todo, la protección tan dura de Romualdo hacia su hija, después de la muerte de Petra, su mujer, volveré a juntarme con ella— aseguró Alberto.
FIN

3 comentarios:

  1. Hola Gustav. Lo primero felicitarte por la vuelta de tuerca que le has dado al tema de este mes. Lo segundo, quizá no tan bueno, es que tu texto es caótico debido a como están escritos los diálogos. No se si sera culpa tuya, pero en caso de que lo sea deberías mejorarlo. Respecto a la narración me parece asombro el giro de tuerca, el tema de los motes entre los niños que son amigos y poco más.

    Si te apetece pasarte que sepas que soy el 27. Un saludo

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  2. Hola Gustav
    No he podido disfrutar de tu cuento como hubiera querido y tampoco me ha llegado tu mensaje (al final, todos los cuentos tienen un mensaje), y la culpa la tiene la forma en que está escrito el texto, que hace que todo sea difícil de entender.
    Un saludo

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  3. Hola Gustav.
    Concuerdo con lo que dicen los demas comentarios, los diálogos hacen que cueste un poco entender la lectura. Empieza bien pero llegando al final se vuelve un poco confuso, precisamente por lo mencionado anteriormente. Aunque has cumplido con el tema de este mes y esta interesante tu propuesta al tema. Saludos y nos seguimos leyendo mi relato esta antes que el tuyo por si quieres leerlo.

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