jueves, 17 de mayo de 2018

El miedo no duerme - Estel Vórima (R)

La estrada de la cueva es grande, muy grande, pero se mantiene en una perpetua oscuridad. Negra, una negrura que puede palparse con las manos, que te hace sentir que estás ciega. Cabe pensar que ante una cavidad tan amplia la luz penetra con facilidad, pero no es así. También imaginas que ante tamaña abertura, lo único que puede abrigar esa cueva es una bestia inmensa, quizás un dragón.
Cuando te adentras, lo único que percibes, es que todo lo que veías era una careta, esa grandiosidad excavada en la pared, es pura apariencia. La cueva se va haciendo cada vez más pequeña, llena de recovecos, curvas y rocas por las cuáles es muy complicado pasar y, más si no ves nada. Suspiras pensando que no son siempre los obstáculos más gigantescos los que resultan más difíciles de vencer. Te arrastras por aquel laberíntico lugar, guiada solamente por tu instinto, tu oído y tu olfato. Reptando, adaptándote al hábitat de aquella criatura reptiliana que debe vivir allí. Cómo se ha podido meter en las profundidades lo ignoras. Tú, pequeñita y escurridiza, apenas puedes deslizarte por aquellas enredadas y sinuosas oquedades. No obstante, sabes que está ahí, lo sientes, lo hueles… Sí, huele a humedad y podredumbre, es el tufo de la muerte y la carne desgarrada. Se saborea. Ese “aroma” penetra por tus fosas nasales y se extiende por todo tu cuerpo, hasta agarrarse a tu estómago y tu boca. Reprimes la arcada y continuas, si lo dejas salir, lo despiertas. Es el olor del miedo. Sí, lo has comprendido, puede residir allí, en esa oscuridad espesa y repugnante. Es capaz de entrar por esa enorme puerta y deslizarse por aquel reducido espacio, porque no importa su forma ni su tamaño, puede adoptar cualquiera. Es una bestia adaptable, tan adaptable como devastadora. Su ambicioso apetito solo es comparable con el de la muerte.
Has entrado en la cueva del dragón, ahí estás, quieta sin hacer ruido, porque a veces cuando un dragón duerme es mejor no despertarlo. Dicen que el sueño de los dragones puede ser muy largo, por eso cuando despiertan tiene un hambre voraz, insaciable. Esa es la razón por la que continua el miedo, porque el miedo no duerme…

***

Este relato fue enviado a la recopilación del taller, pero su autora cuenta con su propio blog donde lo ha publicado, si deseas dejarle un mensaje ahí, también puedes hacerlo (hazlo fácil copiar/pegar) a siguiente link: Relato El miedo no duerme

9 comentarios:

  1. Leosinprisa

    Hola Estel, cuando uno acaba de leer el texto tiene la sensación de haberse introducido en un pasaje onírico donde el protagonista relata, de una forma acertada y poética, sus propios miedos ante terrores ocultos de su consciencia, o tal vez, de experiencias que ha vivido y ahora se presentan en dicha forma.

    Esa es mi interpretación de tu escrito, puede ser que cada persona que te lea lo considere de otra forma, pero para eso estamos los lectores y nuestros multiples puntos de vista, para dar nuevas visiones de cuanto has pretendido escribir.

    Me ha gustado tu historia, ha sido un placer leerte. Un saludo.

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    1. Muchas gracias por tu tiempo y tus palabras. La verdad es que tu interpretación no o se aleja mucho de la realidad.

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  2. Felicidades Estel: Todos hemos temido alguna vez, pero tu forma de describirlo es sencillamente fantástica.

    Por tu “culpa”, he estado curioseando en internet y he encontrado cosas curiosas sobre el miedo, desde que los zurdos son más miedosos según la Sociedad de Psicología Británica, hasta una frase de Quevedo: “El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar”. De las tuyas yo destacaría la que dice: “no son siempre los obstáculos más gigantescos los que resultan más difíciles de vencer.” Pero lo genial es imaginar oler el miedo: “Ese “aroma” penetra por tus fosas nasales y se extiende por todo tu cuerpo, hasta agarrarse a tu estómago y tu boca. Reprimes la arcada y continuas, si lo dejas salir, lo despiertas. Es el olor del miedo.”
    Mantengamos dormidos nuestros dragones. Gracias por hacer sentir.

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    1. Muchas gracias a ti, por leerme y por tus comentarios positivos.
      Me has animado mucho.

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  3. Buenos días Estel Vorima: Me ha gustado mucho tu relato por la descripción de la cueva y por el paralelismo que haces entre la idea mitológica que tenemos de un dragón con el sentimiento, que todos hemos vivido, el miedo.

    El reto de este me: dragón y cueva; también a mí me ha sugerido, el miedo, el terror, la soledad, etc.

    Me ha gustado la frase: "El miedo no duerme"

    En las frases: "Reprimes la arcada y continuas, si lo dejas salir, lo despiertas.". Creo que el primer "lo" debía ser "la" porque arcada es femenina. Lo mismo pasa con: " Reptando, adaptándote al hábitat de aquella criatura reptiliana que debe vivir allí. Cómo se ha podido meter en las profundidades lo ignoras. Tú, pequeñita y escurridiza, apenas puedes deslizarte por aquellas enredadas y sinuosas oquedades. No obstante, sabes que está ahí, lo sientes, lo hueles…"

    Creo que donde escribes: "lo sientes, lo hueles" deberías poner: "la sientes, la hueles..." Porque te refieres a criatura reptiliana, que es femenina.

    Enhorabuena. Un saludo. Menta

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  4. Saludos, Estel:

    Para comentar tu escrito, lo considero como una reflexión y no tanto como una escena. Las escenas tienen una introducción, un nudo y un descenlace. En esta historia percibimos el nudo, correspondiente al hecho de enfrentarse al miedo; pero desconocemos por completo quién es el protagonista, sus intenciones, motivaciones de "entrar en esa cueva", y por ende, no hay un descenlace.
    Lo primero en llamar mi atención fue el uso de un narrador en segunda persona. Uno muy poco usado porque no es del agrado de muchos por considerarlo "invasivo". (Tengo en el blog, unas entradas sobre los diferentes narradores y POV). La razón del rechazo de algunos es porque el lector al estar constamente leyendo "tú, tú, tú", pueden o no tener empatía, con una narración donde se les conduce a qué pensar/sentir.

    Como siempre me gusta iniciar con las mejoras, ya te han indicado algunas. En el caso mencionado por Menta, discrepo sobre el uso en femenino. Porteriormente a las frases, hablas del miedo o "ese olor", siendo masculino, y pienso que éste es su referente.

    Tu texto es bastante corto, pero he encontrado repitición de las mismas palabras. El estilo puede aceptarlas como "resaltador/enfoque" (grande, muy grande); pero debemos evitar su uso en oraciones, frases o párrafos donde se puede comprender con otros sinónimos.
    Como no puedo escribir toda la oración, te marco el párrafo donde corresponde:
    >> "La entrada de la cueva es grande...quizá un dragón.", repites: cueva, ante, pero y puede.
    >> "Cuando te adentras...comparable con el de la muerte", repites: todo, más, puede, aquel, ahí, adaptable, dragón, cuando, miedo, porque, muerte.

    La palabra con más repeticiones es: que (quince veces). Modificando la oración puede evitarse como conjución.
    Evita la reabundancia, la cual se considera un error lingüistico: "negra, una negrura" (ya que no hay una metáfora o alegoría"; adicional la oscuridad no puede palparse).

    Aunque el narrador en segunda persona no es mi favorito, creo que existe una sonoridad atractiva en el texto. Me he obligado a pasarlo mentalmente a otro narrador y el efecto a mi criterio es de enorme mejora. En el caso de las narraciones de suspenso o terror, el genero usa más el narrador en primera persona. Adicional al narrarlo en voz femenina, se pierde para el lector masculino dicho enfásis: "Tú, pequeñita y escurridiza... /o/ ahí estás, quieta...". En todo caso, cuando se usa el narrador en segunda persona, la preferencia es usarlo como masculino, ya que el público fémenino está más acostumbrado a dicho lenguaje.

    Mi opinión es que el personaje, sí está entrando a una cueva real, y por ende, debe existir el dragón. Mi concepto sobre esto es que no puede ser una instrospectiva debido a que el personaje no explora más allá del temor a enfrentarse al animal, y éste no parece ser la alegoría de otra cosa (dragón como miedo, por ejemplo).

    Como expresé, sonoramente me ha gustado. Tiene frases muy certeras donde se expresa muy bien el sentimiento. No es una escena y el narrador no es mi favorito; pero nada de eso subestima el haberse escrito usando sentidos que muchos escritores obvian, por eso me ha gustado mucho.
    ¡Nos leemos!

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    1. Hola y gracias por tu tiempo y tus comentarios. Agradezco los consejos. Las repeticiones es algo en lo que tengo que trabajar y de hecho lo hago, según van pasando los días porque corregir un texto al poco de escribirlo es como no corregirlo. Por eso vienen bien participar en estos "encuentros".
      Como ya te dije en una ocasión, la escritura no es una ciencia exacta y yo no me rijo mucho por deficiniciones sobre escena, relato, reflexión... pero podría decirse que una escena es una unidad narrativa que tiene que tener entre otros elementos un objetivo y presentar un problema o conflicto. Introducción, nudo y desenlace, lo tienen las escenas, los relatos, novelas y textos en general. De hecho cuando hay que hacer un comentario de texto debes indicar estos tres aspectos, aunque sea una pequeña parte de un texto mayor. Así que esa es una definición muy generica, desde mi criterio, claro.
      La 2ª persona tiene sus inconvenientes y sus ventajas. Invita a dar tu opinión y, puede ser también una especie de diálogo interno que el autor mantiene mediante sus personajes. Eso es una cuestión de gustos y criterio personal, tanto de lector como de autor, hay tantos gustos como lectores y escritores. Elegir el sexo de un personaje o el género, como quiera llamarse, es cosa de quien escribe, no una cuestión de preferencia del público, si está en femenino es por una razón.
      Muchas gracias por tus palabras finales son muy animadoras.

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  5. Te dejo un comentario que dejaron en otro espacio:

    Carlos J. Noreña22 de mayo de 2018, 20:02
    Repito comentario sobre "El miedo no duerme" - Estel Vórima:
    Veo una metáfora del aparato reproductor femenino. La vagina, amplia, invita a la penetración; después se siente la estrechez y finalmente el esperma tiene que andar un tortuoso camino para llegar a su objetivo. El miembro masculino es el dragón que es capaz de ingresar y se adapta a la gruta; tiene un hambre voraz y es mejor no despertarlo.
    No soy psicólogo, psiquiatra ni psicoanalista, tampoco filósofo, pero me parece que surge una contraposición de vida y muerte cuando, frente a lo anterior, que es sinónimo de creación de vida, nos embiste “Su ambicioso apetito solo es comparable con el de la muerte”.
    Es también metáfora del transcurrir de la vida humana, con sus pasos amplios y estrechos, con las dificultades para llegar a cumplir las aspiraciones.
    De agradable lectura. Lenguaje ilustrado, recursos muy bien manejados.
    Error mecanográfico: “estrada” en lugar de entrada.
    En “lo único que percibes, es que todo lo que veías” sobra la coma.
    En “por las cuáles es muy complicado” no debe haber tilde. Y mejor evitar, en lo posible las expresiones “el cual”, “la cual”; aquí se puede decir “por donde es muy complicado”.
    En “continua el miedo” falta la tilde en la u.

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    1. Agradezco tu comentario y que te hayas tomado el tiempo para leer mi relato. Pero si lo que has percibido es una metafora sobre el aparato reproductor femenino o las relaciones sexuales, siento decirte, que aunque tienes derecho a interpretar lo que gustes , no es para nada lo que tú has dicho. Las cuestiones implicadas aquí no son "amigas" de Freud jejeje. La idea del transcurrir de la vida se aproxima un poco más, pero aun así son otras las cuestiones implicadas que me reservo para mantener el misterio jeje.
      Un saludo.

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