martes, 17 de abril de 2018

Insaciable - K. Marce


Escuchó la campanita sonar con violencia. Hoy tampoco amaneció de buen humor, aunque recientemente no lo tenía. La joven avanzó por el largo corredor hasta los aposentos de la señora de la mansión; quién acostada con fina lencería, yacía en su cama con ebúrneas columnas, blancos  cojines de terciopelo y cortinas de seda. La dama extendió la mano para que la ayudara a levantarse. Tenía el rostro lleno de arrugas y altivez. Una vez sentada, extendió los brazos para que se le colocara su bata de organza con millares de vuelos a lo largo de las mangas y el cuello. Ella misma se ató, caminando descalza por la nívea alfombra. Acomodó sus cabellos blanquecinos, colocando una tiara sobre ellos.
—Hoy trabajaré temprano —Buscó sentarse en la silla de piel, como inmaculada nieve, en su escritorio de vidrio—. ¿Qué haces ahí parada? ¡Ve por mi trago!
—Mi señora, apenas son las siete de la mañana...
Se volvió para verla inclinando el mentón. Sus ojos verdes aguileños hicieron un gesto de indiferencia y, sacudiendo la mano, le dio señal que se retirara.
La joven cerró la puerta, dirigiéndose al bar para preparar ese trago que ella tomaba cuando buscaba inspirarse: Gin tonic con limón.
«Se cree Hemingway que necesita estar alcoholizada para escribir...» —la reprendía en sus pensamientos—. «¡Otra mañana de lo mismo!».

Porque la joven había trabajado con la señora veinte años. La conocía bien. Al principio esa prepotencia en la dama no existía. La conoció cuando tenía catorce años y aquella mujer era hermosa, llena de vida, alegre, juguetona. Su encuentro fue en un parque, entre palabra y palabra, ambas simpatizaron. Comenzaron a encontrarse en ese lugar. Rodeadas de ese verdor que destacaba los multicolores de las flores, el canto de las aves, la algarabía de la gente que disfrutaba también de esas tardes de primavera infinita. La mujer le dijo: «Múdate conmigo, seremos muy felices». La niña ingenua, llena de ilusiones aceptó rendida, completamente inspirada por la vivaz mujer.
En aquel entonces vivían en una casita pintoresca, con paredes pintadas cada una de diferente color. ¡Es que parecía sacada de un cuento! Una entrada cargada de laureles, margaritas y girasoles. Su interior parecía un jardín de niños; con estantes con libros, lápices y hojas en blanco. La mujer solía vestir de algodón con colores brillantes. Un día le confesó: «Mi niña querida, no quiero imaginarme el mundo, o charlarlo contigo, quiero escribirlo». La chica le dijo: «Hazlo, persigue tus sueños».

El sonido de la campanita la hizo regresar a la realidad, apresuró el paso para dejar sobre el escritorio la bandeja con la bebida. La dama tenía la mirada en la nada, mordía su uña, buscando en su mente una idea. Bebió un sorbo. Sacó un lápiz, para meterlo entre los cabellos, reposado en la tiara de cristales.
«¿Creerá que eso le servirá de antena?», pensó la joven. Haciendo reverencia, buscó retirarse.
—¿A dónde crees que vas? —refutó la dama—. Voy a trabajar, pero no voy a perder el tiempo yendo y viniendo por alguna cosa. Te quedas aquí cerca, por si te necesito.
—¿Ha escrito algo, mi señora?
—Nada todavía. Me caería bien un chocolate… unas galletas, una fruta, algo de música. Ve y hazlo. Algo vendrá con el estómago lleno.
La joven colocó la música favorita, para después complacerle los antojos a la mujer. Pero una vez que hubiera comido, la página seguía en blanco.
—Hay algo que no estoy haciendo bien —volvió a verla con sus ojos verdes empequeñecidos, escudriñándola—. ¡Tú no me estás ayudando en nada!
—Hago todo lo que me pide, mi señora. Pídame y lo haré.
—Es qué no sé qué escribir. Debe ser mucho mejor que lo último que hice. Más intenso, más emocionante. ¡Pero se me ha secado el cerebro, no puedo quedarme en blanco, no puedo!
—Escriba sobre el amor, a todos les encanta.
—Basta de eso que me aburres. Hace mucho dejé de ser romántica. El amor es una bobada que no existe, apenas es atracción, soledad o lujuria. Ni los hijos aman a sus padres...
La joven buscó abrir las cortinas blancas y pesadas para que entrara la luz. La mujer suspiró aburrida.
—Mi señora, ¿y si salimos afuera?, hace un día hermoso. El parque sigue verde, la gente está feliz. Seguro que al verlos, ver las nubes o las aves, la inspire...
—¡No seas ridícula, criatura! Yo ya no escribo cuentos. ¿Es qué lo has olvidado? Años y años escribiendo sin parar, para que nadie excepto tú lo leyera. Hasta que leíste sobre ese concurso y nos entusiasmamos, para no ganar nada —se burló—. «Haga un blog», me dijiste... Y ahí empecé a ser menos anónima. ¿Pero te has olvidado de todas las madrugadas que cabeceabas a mi lado, ibas y venías por tazas de café; hasta que un día quedó terminada mi novela? Cuánto caminamos, cuántas puertas se nos cerraron en las narices. Nos dimos aliento la una a la otra hasta lograrlo. ¡Publiqué!
—¿Cómo he de olvidarlo, si en todo su camino yo fui partícipe? Sufrimos mucho, lloramos juntas y también la alegría nos colmó. Miré lo que ha logrado. Dejó su casita, se mudó a una más grande y más libros vinieron. Luego se mudó aquí... a esta mansión, toda blanca, tan vacía. Y usted solo se encerró...
—¿Eres idiota, o te haces? —gritó furiosa— Para que pueda llenar esta mansión de lujos, de cosas hermosas, ¡debo trabajar, cada vez mejor!, ¿cómo voy a escribir, si pierdo el tiempo viendo gente, flores o ardillas? ¿Qué va a producirme una playa, sino solo insolación? Niña ingenua.
—Podría escribir cualquier cosa. A medida que lo haga, mejores ideas vendrán. No puede escribir, si no escribe...
—¡Vete! —Le señaló la puerta— ¿"Cualquier cosa"? Si qué es mediocre... —dijo entre dientes—. Cuando se ha alcanzado la cima... ¡se buscan las estrellas!
La joven sintió pena de su señora; pero mucho más molestia. Sin decir nada, cerró las puertas a sus espaldas. Pensó en cómo un poco de éxito le robó el amor por las letras.

—¡Ya me tienes harta, Clio! Quédate encerrada en tu "mastermind”. ¡Musa egoísta!  Fuimos compañeras y ahora soy tu esclava. ¡Hasta aquí! —dijo levantándose la joven del escritorio, cerró la portátil—. ¡Yo voy a vivir! Veré los colores, oleré las flores, disfrutaré los ruidos, gustaré los sabores, hablaré con la gente... ¡Saldré a bailar!... Y otra musa vendrá a mí.
Cerró la puerta para ir al parque.

20 comentarios:

  1. Hola K Marce
    Tu relato me ha entretenido bastante, y creo que la historia da una vuelta de tuerca al tema de las musas y la inspiración del escritor. Tiene ironía que el escritor se vuelva esclavo de las musas, es un punto de vista que nunca se me había ocurrido. Me han gustado las descripciones y los diálogos, y, en general, es una historia bastante buena.
    Un saludo de Jose Luis

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias José Luis:
      Me ha alegrado que pasaras por aquí, y espero llegar pronto a leerte.
      Has comprendido a cabalidad lo que pretendí mostrar. Y es que a veces creemos que la musa es quien nos sirve, pero son ese montón de rituales que hacemos para escribir, cuando nos volvemos esclavos de ellos (o la musa); yo me confieso que no puedo escribir sin tener los audifonos pegados, aunque no escuche nada (de hecho llevo tres horas con ellos puestos).
      Asi que muchas gracias por pasarte en tu libertad. ¡NL!

      Borrar
  2. Leosinprisa

    Hola K. Marce, después de leer el relato, entretenido y bien hilado, cuya trama engancha y te hace seguir leyendo hasta el final, tengo una extraña sensación en su párrafo final. Es como si de repente cortases bruscamente la historia y ese golpe de genio de la escritora formara parte de otro relato diferente.

    Es una opinión personal, muy subjetiva, que no desmerece, ni mucho menos, el resto de tu escrito. Solo es que te transmito dicha sensación que a mi me producido.

    Por otra parte, no puedo sino darte la enhorabuena por tu imaginación y por habernos dado la oportunidad de leerlo, un saludo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Saludos Leosinprisa:

      El relato, no es sino la costumbre del escritor a ciertos rituales, como si acaso la musa los necesitara, y es por ello que al final, SÍ parece algo alejado de lo primero, porque es ese golpe transitorio en donde la verdadera escritora, "despierta" y se da cuenta que no puede servir a la inspiración sin sacrificar ciertas cosas en la vida.
      Gracias por pasar a leerme. ¡NL!

      Borrar
  3. Buenas, K. Marce.

    Me ha encantado tu relato y cómo has conseguido crear esta historia con la premisa que teníamos.

    Creo que he encontrado dos erratas:

    "Sufrimos mucho, lloramos juntas y también la alegría nos colmó. Miré lo que ha logrado." Ese miré diría que no va acentuado.

    "La joven sintió pena de su señora; pero mucho más molestia." Me suena raro, ¿no sería "mucha más molestia"? No sé.

    Al igual que Leosinprisa el final me ha dejado con una interrogación. ¿Es acaso una escritora que escribe sobre la señora con problemas de escritura? Eso es al menos lo que me ha parecido.

    Un saludo y muchísimas gracias por todo el trabajo que te estás pegando.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Saludos Irene,

      Epá, que no me fije en ese Miré... powpow para mi dedo caprichoso y mi ojo ciego. Gracias por hacerlo notar. (pero no haré trampa y no voy a corregirlo... aunque puedo, jeje).
      Te comento, que en a segunda frase, es tal como la interpreto Juana Medina, o sea le hace falta una coma: pero mucho más, molestia. Aunque tu observación tambien podría ser válida si se refiriera a la molestía en sobremanera.

      Sobre tu interrogante, todo el escrito es la instrospección que tiene una escritora y su relación amor-odio con su musa (que es la señora) y ella es la niña-sierva. Siempre digo que cuando explicamos nuestro escritos, algo faltó para su completa comprensión. En este caso, la niña-siervienta, no es sino la propia escritora del final. Cuando comenzamos a escribir, muchos lo hacemos a temprana edad (yo comencé a los once años)y no reparamos sobre si aquello va bien, solo escribimos en el arrebato; a medida que crecemos y desarrollamos el talento, nos volvemos más caprichosos, más esforzados, pero a la vez, más demandantes. No queremos cometer los errores del pasado y quizá ese mismo temor, nos hace ser menos creativos. Por eso, paso de una casa a full color a una blanca (bloqueo). Al final, podemos pasar horas y horas frente a una computadora sin escribir nada, y la vida se nos va de las manos... dejando todo aquello que nos gusta de lado; por eso, decide dejarlo todo tirado y simplemente vivir. Creo que si amas la vida, nunca te faltaran ideas para escribir; al menos a mi me pasa. Gracias por visitarme, ¡nl!

      Borrar
  4. Hola KMarcé:
    Empecemos por todo el agradecimiento que mereces por el trabajo que te tomas para que el grupo de Literautas no se desarme. Es un esfuerzo encomiable y te mereces aplausos y abrazos.
    En cuanto a tu historia, me ha gustado mucho la vuelta de tuerca, encaras el problema del escritor y su musa con mucha originalidad.
    En cuanto a los interrogantes de los compañeros: creo que en "La joven sintió pena de su señora, pero mucho más, molestia". Esa coma te evitaría tener que repetirte: "pero más sintió molestia" o algo similar.
    Un abrazo y gracias de nuevo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Saludos Juana,
      Gracias por tus palabras, sabes que quiero mucho al taller y por ustedes lo hago.
      También por tu observación, que es la correcta a lo que deseaba enfatizar. Y me alegra saber que te gustó esta idea.
      Agradecida de tu visita, en cuánto desfunde tiempo, paso a leerte. ¡NL!

      Borrar
  5. Respuestas
    1. Saludos Mariela,

      Muchas gracias por pasar a leerme, y que te haya sido agradable. Espero seguir viendote en el taller. ¡NL!

      Borrar
  6. Hola,

    Me ha parecido muy interesante tu historia.
    La primera vez que la leí me causó confusión quien era la que tenia 14 años, obvio después deduje era la que la servia y no la escritora.
    También me pareció extraño que hayan pasado de amigas o tal vez más que amigas, a ser señora y sirvienta.
    Mil gracias por la oportunidad de leer tu historia y de aprender de todos los integrantes de este blog.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Saludos Caminante,

      Me alegra mucho que pasaras a leerme. Y pese al primer traspié pudieras sacar tus propias conclusiones de la historia. Me gusta mucho enredar las situaciones, aunque el espacio no me ayude tanto a desarrollar la idea. Esta ocasión eran poco más de mil palabras, y no quise explayarme tanto más. De todas, formas, para el próximo espero ser más comprensible y mantenerme en el límite del taller para no perder la costumbre.
      Trate de acceder a tu blog, pero no me fue permitido :(
      ¡Nos leemos!

      Borrar
  7. Hola K. Marce, me gustó mucho tu relato. Entretenido y fluido. Buen manejo de los diálogos y se han dado a entender muy bien las intercurrencias entre la mujer anciana y su criada. Es muy bueno el detalle de agregar el tiempo que la "musas" conviven juntas y sobre todo hace cuanto la escritora está con el vicio del alcohol, ya que unos de los efectos perjudiciales en un etilista crónico es el cambio de personalidad entre otras cosas.
    Si me permites hacer una sugerencia en esta caja de comentarios, creo que la palabra últimamente iría mejor dentro de la frase "...aunque recientemente no lo tenía." Ya que el adverbio reciente habla de un tiempo pasado y próximo, en cambio últimamente, es otro adverbio pero que habla del pasado con continuación en el presente, que creo que aplica en el papel de la anciana "mastermind".
    Por otro lado, pensé que el trago de la señora iba a ser una vaso de leche, tanta referencia a lo blanco (que por otro lado queda muy bien con el lado senil de la historia) en el principio de la historia.
    Gracias por hacer la recopilación este mes. Si puedes pasar por mi relato y hacer una devolución lo agradecería de corazón.
    "Donde habitan las arañas" relatos nro 29

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias por pasar a leer mi texto. Aprecio tus observaciones. jajaja, me ha encantado que pensaras en leche, por la blancura de la escena, pero no combina con el limón... ni para hacer queso.
      Ha sido un gusto poder ayudar al taller, así que espero que esten presentes en el próximo recopilatorio del mes de mayo. :)

      Borrar
  8. Cumpliendo con la tarea de comentar los tres relatos siguientes al mío, me he encontrado con el de la maestra. Confieso que estuve un poco perdido en su lectura, pero los comentarios me aclararon cosas y, en particular aquel relacionado con las edades: es que yo no escribía de joven; me orienté por el lado de las matemáticas y desprecié las "musas". Apenas ahora, con sesenta y muchos, estoy inventando cuentecitos.
    Felicidades por relato tan bien hilado y tan significativo, Marce.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Nunca es tarde si la dicha es buena, así que me alegra que decidas escribir ahora, porque todavía tienes un buen tramo que recorrerer. Y creo en que no hay que abandonar esta vida sin plantar un arbol, tener un hijo y escribir un libro.
      Espero que mi próximo texto sea más claro que este, ya veremos cual es la consigna del mes de mayo y que reto tendremos. Espero que sigas en el taller. Saludos.

      Borrar
  9. Hola K. Marcé: Me ha gustado tu relato sobre todo los dos personajes. Desde que estas dos mujeres se conocieron, han pasado veinte años y han evolucionado de manera muy distinta y ahora, después de tantos años se van a separar. Es una relación musa-esclava que me ha parecido muy intensa y dramática, que al final podría terminar en asesinato.

    He visto dos cosas que debes sopesar si las quieres cambiar. Una de ellas es "Gin tonic". Gin no tiene que escribirse con mayúscula. La RAE pone: gin-tonic, con un guión entre las palabras.
    Otra es la palabra "aguileños" empleado a ojos. Siempre lo había visto referido al rostro o a la nariz, pero nunca a los ojos.

    Y por último, darte otra vez las gracias por la ayuda que nos prestas a todos subiendo en tu blog nuestros escritos.
    Un saludo, Menta

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Saludos, Menta:

      Te confieso que no pensé en el asesinato; porque la señora (musa) no es una persona física, todo está en la cabeza de la escritora que se inspiró a escribir desde los catorce años. En fin, que me gusta las interpretaciones que cada lector le da: eso me obliga a ser más específica si deseo mantener una idea, y no un arcoiris de disertaciones.
      Con respecto al gin-tonic, creo que me fui mal por los :, que siempre olvido cuando no y cuando sí sigue con mayúscula. Y la palabrita la encontré tal como la escribí, no me fuí a la fuente de la RAE. Ahora, checando de nuevo (perdón por el anglisismo), hay fuentes NO confirmadas que dicen que se escribe (o se acepta) escribir como yintonic... lo cual me parece una aberración idiomática como el «güisqui». Seamos sensatos, no podemos "castellañizar/españolizar" toda palabra extranjera, entonces si lo van a hacer, hay que hacerlo con todo, eliminen la Y, la K y la W de nuestro idioma. Gualter, Guilfredo, Guachinton, Toquio, Llemen, nueva llor...(¿no es aberrante como ese güisqui?) A veces odio a la RAE con todo mi corazón.
      Eso sí, la RAE acepta que se separe con el guion.

      Te comento que por estos laares sí usamos aguileños para los ojos, ya que nos referimos a la mirada de aguila, o sea, esa mirada fija, escudrinadora. Aunque debí salirme de esa zona de confort y escribir "mirada" para que se comprendiera un termino tan local.

      Por mi parte, ha sido un plácer ayudar al taller. Creo que una vez que Iria regrese con todo, no existan muchos desertores, y que sigamos poniendole ganas a este arte tan lindo como es escribir relatos.
      Saludos.

      Borrar
  10. Hola, he necesitado una segunda lectura, para comprender bien quien era quien, debido a ese impactante final. Un final que por otra parte, me ha encantado. Me entusiasma la escritora reclamando su libertad, incluso a riesgo de perder su musa. Escribimos lo que vivimos.

    En la frase: “—Es qué no sé qué escribir. Debe ser mucho mejor que lo último que hice.” Encuentro demasiados QUE, es posible que se pudiera cambiar por “No sé que escribir. Debe ser mucho mejor que lo último.” Aunque tal vez lo encuentres demasiado lacónico.

    Felicidades por tu imaginación, seguiré por estos barrios.

    Jorge.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Saludos, Labajos:
      Tienes toda la razon con tanto que... me quedo con tu sugerencia que me parece mejor estructurada y clara. Al final, hay que saber expresarse sin tanta palabra superflúa.
      Quedo agradecida de tu visita, contenta que el final te haya gustado. Espero poder hacerlo mejor para la próxima vez. Y que todos esten en el siguiente recopilatorio. Ya pronto es mayo y tendremos nueva comanda y reto.

      Saludos.


      Borrar