martes, 17 de abril de 2018

El lugar donde habitan las arañas - Martin S.G.


Tumbada sobre el sillón de dos cuerpos, un aroma floral invadió las narinas de Camila. Ella sabía que en la habitación había plantas, pero estas eran artificiales.
- ¿Será este el olor a naturaleza muerta? Ironizó para sus adentros.
Cuando sus pulsaciones se normalizaron, se dispuso a pensar en voz alta, cumpliendo así con la consigna principal del ejercicio que está tan de moda y que cada vez atrae a más y más gente.
Una libre expresión de palabras se agolpó en su garganta, con ansias de salir a chorros e inundar la habitación. Tal vez eso, era lo que tenía atravesado hace ya mucho tiempo y le entorpecía respirar. Fue así que exteriorizó que en el último tiempo, la sensación se había intensificado. No le permitía dormir, y si lo hacía, se despertaba en medio de la noche, alrededor de las cuatro de la mañana, para darse cuenta que todo seguía igual; y si no había sido una pesadilla más, era un desvelo donde el vacío adueñaba su mente y con suerte, en algún momento, las almohadas la llevaban otra vez al laberinto de los sueños.
Contó también en voz alta, más bien reflexiono, que su situación no dependía del contexto. Ella se había convencido de que no servía, que no estaba hecha para esto. Que así tuviera el tiempo y las comodidades predilectas, iba a fracasar, siempre.
Camila llegaba a su departamento y sentía meterse en un cubo oscuro, sin ventilación ni ventanas. Cuando se disponía noche tras noche a plasmar sus ideas, le sobrevenía la angustia. Se le cerraba el pecho. No entendía que le pasaba por dentro, algo más tomaba control de sus pensamientos. Sentía estar en un vértice del cubo, sobre el suelo, sentada, rígida, mirando al frente por horas, sin tener a donde ir. Pues al otro lado no había más que oscuridad y otra pared, y otra esquina. No veía escapatoria, y esto, por supuesto, la tenía intranquila.
Este estado además de haberse hecho dueño de sus noches, también lo estaba haciendo de sus mañanas y su cuerpo. Su cara, amarga y sin expresiones, la ropa cada vez menos ajustada y con más orificios a pasar en sus cinturones, y sus energías, cada vez más reacias en aparecer al despertar, habían comenzado a llamar la atención de sus compañeros en el trabajo.
Por fortuna una alarma se encendió dentro de ella, y así fue que comenzó con estas pláticas en voz alta. Que no la convencían, pero ante la insistencia y recomendación de quienes la veían mal, las puso en práctica.
Noche tras noche, en una especie de ritual inspirador, y con el afán de no sentirse agobiada al entrar, daba dos vueltas a las llaves de su apartamento, y atravesaba el marco de la puerta. Encendía el velador de la mesa ratona, dejaba las llaves en el cenicero con forma de limón y desfilaba a su pieza, donde se desnudaba y pasaba a darse un baño.
Al salir cogía una de sus bombachas, y sin más lencería, la cocina era la siguiente parada. Un yogur oficiaba de cena y la mesa del comedor se convertía en cómplice y testigo de su soledad y la desdicha que se avecinaba.
Se acomodaba un lápiz entre sus cabellos para fijarlos en un rodete, y así, sentada frente a la hoja en blanco del ordenador, disponía sus manos sobre el teclado de forma que los diez serviles dedos se movieran y hablasen como ellos quisieran. El silencio era ensordecedor.

Silencio y vacío. Silencio y otra vez la sensación de estar atrapada en un cuerpo que no era suyo. Un cuerpo que no podía controlar y que la desquiciaba por no poder hacerse cargo de él.
Se percibía atrapada y envuelta en una red donde cada movimiento era en vano hasta el día siguiente, en donde su rutina y las obligaciones la liberaban por un momento, pero al volver la noche, era cazada otra vez. Igual que en estás charlas en voz alta que una vez por semana, la retenían durante sesenta minutos y transcurrían a un módico precio de cuatrocientos cincuenta pesos con su frase final: “Hoy hicimos un avance importante Camila, volvé el próximo Viernes”.

14 comentarios:

  1. Hola Martin, Has creado un verdadero laberinto enmarañado como indica el título y me ha gustado. tal vez por causa de la corrección de word, la palabra "reflexion" se ha quedado sin acento. Por otro lado encuentro algunas palabras varias veces repetidas, pero tal vez se mi impresión.
    Si lo deseas puede leer mi trabajo que es el nº 26
    Nos leemos.

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    1. Muchas gracias por el comentario, trabajaré más con esos errores de acentuación.

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  2. Hola Martín

    Tu relato hace sentir la angustia de la protagonista, me ha mantenido entretenida hasta llegar al final.

    No me queda clara la frase "Contó también en voz alta, más bien reflexiono" además que reflexionó va con tilde.

    Gracias por tu visita y comentario en mi relato "Cosas que cobran vida ante el bloqueo de la escritora"
    https://aprendiz-literatura.blogspot.com/2018/04/cosas-que-cobran-vida-ante-el-bloqueo.html

    Nos seguimos leyendo.

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

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    1. Así es un, un error de acentuación que saltó a la corrección. Y lo que quiero describir con esa frase, sin hacerla evidente para que al final el lector lo descifre solo es que ella, la protagonista, está contando lo que le pasa al terapeuta, al cual acude por esta angustia/miedo que le genera el escribir.
      Muchas gracias por darte una vuelta.

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  3. Hola Martin S G
    Describes la angustia y el sinvivir de los escritores cuando no tienen ideas. En este caso, deduzco que el personaje principal ha ido a un loquero (o psicoanalista) y se ha sometido a una terapia para recuperar los viejos hábitos y las ganas de escribir. Me han gustado las metáforas que has utilizado en este viaje.
    Un saludo
    Jose Luis

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    1. Exactamente colega, espero poder hacer más clara la idea para una próxima vez, intentado como en este case trate, de dejar en claro que la protagonista se encuentra en un contexto que solo quiero que el lector se de cuenta en el final.
      Muchas gracias por la devolución.

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  4. Buenas, Martín.

    Pobre personaje. Creo que has conseguido plasmar muy bien ese miedo a la página en blanco.
    No podría decir que me ha gustado, pues ha sido un tanto angustioso, pero creo que has conseguido bien el reto que se nos pedía.

    Solo un detalle más a los que te han dicho los compañeros, los días de la semana se escriben con la primera letra en minúscula.

    Un saludo.

    IreneR

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    1. Muy buena acotación, pensé que se los escribía con mayúsculas por ser nombres propios. Muchas gracias AeB

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  5. Hola Martin
    Un muy buen relato, te comento que me daba un poco de angustia leer tu relato porque le tengo fobia a las arañas (aún cuando leo sobre ellas), así que lo leí casi, casi con un ojo tapado esperando que no me aparezca una araña de repente jaja. Sin embargo me llevé una grata sorpresa, se puede vivir lo que la protagonista está pasando, y la referencia del psicólogo en cuanto a costo y la frase es muy cómica y muy atinada.

    Y para mejorar, creo que los demás ya te lo han dicho.

    Ha sido un gusto leerte.

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  6. Saludos, Martin:

    Gracias por publicar conmigo. Estoy en una maratónica de leer a quienes aún no he leído en el mes de abril.
    Una de las recomendaciones que te puedo ofrecer, es que siempre te fijes en la cantidad de palabras que escribes. A veces no nos fijamos cuando una se vuelve repetitiva. En este caso, me ha resaltado la "Y". He contado 32 en el texto, lo cual me parece demasiado, siendo que no es extenso. La recomendación es que si la frase se entiende sin esa "y", la elimines. Algunas son solo conectores, pero modificando la frase, sería perfectamente entendible sin ella.
    Y en lo positivo, desarrollaste muy bien el sentimiento de la protagonista.
    Espero que participes en la escena del mes de mayo. ¡Nos leemos!

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    1. Muchísimas gracias! me pareció muy buena y constructiva tu recomendación. abrazo grande, y para el próximo desafió voy a estar presente.

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  7. Hola Martin, hace mucho que debí haberme pasado por tu relato, y por ello te debo una disculpa. En fin, lo he leído, y tengo que felicitarte. La forma en que lo llevas me dice que has hecho esto durante un tiempo, y aunque aún batallo un poco para entender ciertas expresiones (en general, no solo de tu relato), me agrada mucho leer este estilo de escritura y aprender un poco de otras personas. Nos leemos este mes.

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    1. Muchas gracias por pasarte. Agradezco tu tiempo. Nos leemos.

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